Me emocionan esos maestros que ríen a pesar de la adversidad, que sueñan así las condiciones sean complejas, que creen, aunque el panorama no sea el mejor. Me gustan esos maestros humildes que siempre están dispuestos a escuchar, a desaprender para aprender, y a abrir su corazón para que sus alumnos tengan un mañana mejor.
somos el resultado de nuestra educación, no me cabe duda, así que mientras mejor sea el proceso educativo, los resultados serán mucho mejores; allí radica la gran importancia de nuestros maestros.
Desde hace varios años he estado trabajado con algunos docentes e investigadores en el desarrollo de un concepto educativo que ayude a mejorar el resultado académico de nuestros niños. Si bien esto no es algo nuevo, le hemos agregado algunos elementos extras que ayudan a que este aprendizaje se convierta en la mejor herramienta para enfrentar el mundo real; estos son: la risa y la alegría.
De este estudio hemos desarrollado el concepto: JumpStart, al cual hemos relacionado con mantener el asombro y la curiosidad en el educando por medio de un “choque eléctrico de emoción” que le damos al alumno, previo a la construcción del conocimiento. Este “choque eléctrico” puede ser un chiste introductorio alusivo al tema, un disfraz, un apunte tecnológico desconocido, o cualquier actividad que genere curiosidad y ganas de aprender.
Desde que un niño ingresa al sistema educativo, su curiosidad y entusiasmo se encuentran a tope, pero al creer que nuestros alumnos son simples cajas para almacenar conocimiento, rápidamente se pierden el interés por éste, y terminan alejados de lo que realmente deberíamos buscar: Formarlos como jóvenes creativos que generen innovación aplicada a problemas cotidianos o a nuevo conocimiento, incluso, generando riqueza.
¿Quién dijo que la educación debe matar la emoción y la felicidad? Cuando reímos nuestro cuerpo libera endorfinas, neurotransmisores que nos ayudan a que nuestras experiencias de aprendizaje puedan ser significativas y se mantengan en nuestra mente, y para ello necesitamos maestros motivadores de la educación, pues ello nos garantizará que formemos en nuestros alumnos los elementos que se requieren para la economía del conocimiento que nos exige el siglo XXI.
Mi gran reconocimiento para esos maestros que son
capaces de todo, a pesar de todo. Que dejan atrás las excusas para ser
transformadores de duras realidades. Por ellos y para ellos debemos dar lo mejor
de sí, en la búsqueda de que juntos logremos construir el sistema educativo que
México necesita para mejorar su realidad.
Así es si no hay emoción y curiosidad no hay aprendizaje, necesitamos que nuestros estudiantes se sorprendan y se motiven. Feliz día a todos los maestros de México.
ResponderEliminar