Casi a finales de 2019 una noticia aterró al mundo, había surgido en China un nuevo virus que era mortal; la noticia estaba en todos los portales de internet, la televisión y la radio. La OMS alertaba al mundo pues no se tenía información sobre qué es lo que pasaría con el futuro de la humanidad. Sin embargo y a pesar de lo anterior, en América Latina, los ciudadanos seguían haciendo su vida de manera ordinaria, pues se veía como algo totalmente ajeno aquello que pasaba, como se dice coloquialmente, del otro lado del charco. Las noticias seguían y, como si fuera una película de terror, la realidad nos alcanzó y en marzo de 2020 todo lo que se conocía cambió radicalmente. La forma de trabajar, la forma de comunicarnos, el cómo interactuar y, por supuesto, la manera de estudiar. Todas las escuelas, de todos los niveles, se mudaron a modalidad virtual y, en un despliegue informático que no se había registrado en la historia, millones de profesores cambiaron su manera de enseñar y, en