Ya llevo un año desde que regresé a México y tantas cosas han cambiado con respecto a la educación que sinceramente ha sido una experiencia única. Muchas veces se piensa que “es sencillo enseñar” cuando la verdad hay demasiado estudio y preparación previa; ahora, el reto de educar nuevas generaciones incrementa todavía más por el hecho de implementar clases en línea, complicando mucho esta tarea dado que la idea de hacer que los alumnos aprendan a través de una pantalla limita mucho el propósito de transferir conocimiento de manera efectiva.
Toda la mezcla de emociones, tales como nerviosismo, alegría, frustración, vino en estos últimos dos años, dado que el mundo ha cambiado y se puede ver cómo la gente ha tenido giros de 180° en sus vidas. Ésto, en mi particular caso, influyó en la toma de decisión de convertirme en profesor, el cómo en cierta forma tú eres responsable de los futuros profesionistas en México te pone a pensar “¿Lo estaré haciendo bien?”, ya que al final del día, aunque te evalúen diciendo “que eres un gran profesor” siempre estará esa idea en pie.
A pesar de la duda, incertidumbre del “¿Cómo seguirá el mundo a pesar de la situación actual?”, lo que en verdad se necesita es de un valor impresionante para darse la oportunidad de seguir formando profesionistas, y yo admiro a todos mis colegas profesores por el hecho de seguir ahí, al pie del cañón, con todo lo que ello representa, como desveladas, alumnos que no tienen actitud positiva, seguir con la vida con el “a pesar de” y la verdad es un nivel de motivación que me inspira a seguir con esta bella profesión de la docencia.
Esta experiencia como docente, hasta el momento, ha sido extraordinaria, me imaginaba tomar esta decisión en muchos años, sin embargo, he de decir que fue una oportunidad única de la que quisiera seguir disfrutando, aprendiendo y lo más importante, que es hacer de ésta una oportunidad de hacer un México mejor, con la poca o mucha experiencia (dependiendo de la perspectiva) con la que cuento.
Simplemente puedo decir que no importan las circunstancias mientras exista la actitud de hacer el progreso y construir un país mejor, siempre se darán los cambios y una persona debe de ser capaz de improvisar, adaptarse y sobresalir, sobre todo si existe la creencia de que podemos llegar a ser mejores, y por experiencia, propia puedo afirmar que esto es posible.
MBA. GABRIEL PALACIOS ARANDA
Desde 2016 se ha desempeñado en el ámbito de su formación a lo largo de países como Hungría, Polonia y España. Ingeniero de procesos, responsable de transición de procesos, analista financiero y auditor interno trabajando en países como India, Argentina, Turquía, Brasil entre otros.
Actualmente se desempeña como como valuador con diferentes entidades bancarias, así como profesor en la Universidad Politécnica de Aguascalientes en la Licenciatura en Negocios Internacionales y en Ingeniería Industrial.
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